lunes, 27 de julio de 2015

La cumbia romántica de Vayvén del Amor

Aunque no faltan canciones sociales, familiares o culturales (e incluso políticas), el amor romántico es, con diferencia, la temática preferida de las cumbias. No obstante, hay grupos que prácticamente no se salen de esa temática. Uno de ellos, y de los más interesantes, es el mexicano Vayvén del Amor.

Tal y como cuenta su página en Facebook, el grupo nació en abril de 1985 en Valadeces (y Venecia, de ahí el nombre de Vayvén), estado de Tamaulipas. Son ya 30 años de "cantar a la mujer", porque "simplemente somos romantikos de abolengo, tenemos ese perfil desde que venimos a este mundo...". En todo este tiempo han conseguido un estilo propio, suave, musical y muy pegadizo, y con tantas canciones destacables que dan para más de una entrada.

Del disco Quiero saber de ti (1998) se pueden destacar, por ejemplo, la canción que da título al disco:


Y Río Badillo, versión de una canción colombiana cantada por la bella Claudia de Colombia (que también tuvo en su repertorio ese himno titulado Yo me llamo cumbia, al que volveremos):




Una deliciosa muestra, en letra y música, de las cualidades de esta agrupación, es Vives en mí:

Siento que tu amor 
se vuelve todo en mi vida 
que ya creía perdida 
y con tu calor renació. 

Dios te bendiga mujer 
por encender mi alegría 
por lo que das cada día 
por tu linda voz que es canción. 

Vives en mí porque 
eres parte de mi ser, mi amor, la paz 
que solo en ti pude encontrar. 

Vives en mí por completo 
eres mi más grande anhelo 
formas todo mi universo de amor 
y me haces tan feliz. 

Contigo subo hasta el cielo 
formas todos mis deseos 
haces realidad mis sueños porque vives en mí
Desde el día en que te conocí. 



Otro éxito notable, y que además cuenta con vídeo propio, desarrollado como una pequeña historia, es En realidad. Los elementos protagonistas (el patrón, la hermosa negra casada con otro...) son interesantes y reveladores:


Y para terminar, de momento, con este conjunto, la famosísima Piensa en mí y una de las frases más románticas (y moñas) que se puedan conocer y decir:

Vamos a tomar el primer avión
con destino a la felicidad






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