jueves, 14 de diciembre de 2017

Cumbias instrumentales



La cumbia es un género musical fundamentalmente romántico y cantado. Pero no sólo de pan (romántico) vive la cumbia: hay cumbias filosóficas, legales, religiosas... y cumbias puramente instrumentales... o casi.
Porque si bien es cierto que hay composiciones donde sólo se escuchan instrumentos, no son raros los casos de cumbias en que hay pequeñas introducciones habladas, o frases cortas que pueden repetirse a lo largo de la canción.
Una muestra excelente del primer grupo es la famosa Danza de Los Mirlos, un conjunto peruano con una larguísima trayectoria y a los que se atribuye la creación de la cumbia amazónica. La canción, conocida también como Cumbia de los pajaritos (no confundir con Todo lo encuentro en ti, de los Superlamas), no sólo incluye sonidos de instrumentos, sino lo que puede ser el canto de un canario o un sinsonte / cenzontle.



Una versión muy reciente es la interpretada por los mexicanos Chicos de Barrio y responde a ese modelo de cumbia "cuasi instrumental":
La Sampuésana es una cumbia colombiana de enorme valor dentro del folclor colombiano. Compuesta originalmente por el maestro José Joaquín Bettín Martínez en 1952, ha conocido también múltiples versiones. Esta filmación, que al parecer no es mexicana sino colombiana, refleja con toda su belleza el baile con un elemento esencial del mundo cumbianchero: las velas.
A veces es complicado establece quién fue el primer intérprete de muchas cumbias. Tal es el caso de la Cumbia coqueta, que en principio parece ser original del sonidero y productor Poncho Zamudio, siendo también interpretada por, entre otros, Jorge Meza.



Precisamente de la contratación de Los Ángeles Azules por la discográfica de Poncho Zamudio trajo, entre otras, una versión estupenda de esta Cumbia coqueta; además, el vídeo no tiene desperdicio: los figurantes, ¿están bailando cumbia... o rock?
 
Los Ángeles Azules tienen muchas cumbias instrumentales. La preferida de quien esto escribe es, sin duda, la Cumbia suavecita, cuarto tema (y puramente instrumental) del disco Mi juguete.