lunes, 29 de abril de 2013

Cumbias con humor picante

Si en la entrada anterior se veía el humor suave, blanco, de la excelente Casi perfecto de la Banda Kañón, esta entrada está dedicada al humor picante, con albur que se dice en México, lleno de dobles sentidos.

Además, el humor sirve para presentar a uno de los grupos más importantes (si no el que más) de la cumbia de las últimas décadas: La Sonora Dinamita. En su dilatadísima historia, este grupo o sonora colombiana ha cambiado de componentes y cantantes, viviendo quizá su mejor época en los años 80, cuando la dirigió Lucho Argaín y la vocalista era Margarita Vargas Gaviria, quien después se iría a vivir a México a seguir su propia carrera, siendo conocida como la Reina de la Cumbia.



La primera muestra de ese estilo humorístico se mete de lleno en las clásicas historias de cuernos, en este caso revestida además de un problema racial. La solución del problema no puede ser más divertida... ni inesperada. ¡Capullo y sorullo!


En esta entrada hemos querido poner la canción como se grabó originalmente. Sin embargo, el siguiente vídeo, a pesar del mal sonido, muestra de una forma maravillosa la puesta en escena del grupo: brillante y tremendamente jocosa. La actuación de alguno de los componentes, sencillamente, no tiene precio... como el ritmo con que cantan y se mueven.




Y la canción hace temer lo peor: ya sólo el título es toda una declaración de intenciones.

SORULLO Y CAPULLO

Había una vez en mi pueblo un matrimonio
rubio como la mantequilla.
Yo puedo dar mi fe y mi testimonio
que lo que digo no es ninguna mentirilla.

Del matrimonio nacieron nueve hijos,
ocho salieron rubiecitos;
y yo lo vi, a mí nadie me lo dijo,
el noveno resultó ser bien negrito.

El marido soportó por muchos años
pero a la larga, el silencio le hizo daño
y decidió confesarlo a su mujer,
así lo hizo y ahora ustedes van a ver.

Oye, Capullo,
a todos los quiero igual,
todos son angelitos
y los llevo aquí en el alma,
pero hablemos del negrito
mami, sin perder la calma.
Dime, Capullo,
¿es hijo mío el negrito?
pero, dime, Capullo,
¿es hijo mío el negrito?
Y ella le contestó:
Oye, Sorullo, el negrito
es el único tuyo.

Y allí la bomba explotó,
el matrimonio acabó,
ella se fue con los 8 y
él con el negro cargó.

Del mismo modo, La frutera viene cargada de simbolismo sexual, con expresiones tan ¿equívocas? como No toques la papaya pues me hace estremecer o Tengo para la venta melones y bananos. La vocalista es Luz Stella Montoya:




LA FRUTERA

Oye papacito soy la rica frutera.
La negra sabrosa me llaman a mí
Por la venta de frutas que ofrezco feliz
Soy la negra más dulce que tiene la región
Por la venta de frutas que ofrezco con amor.
Tengo para la venta melones y bananos
Y muy dulce traigo la piña y la papaya

No toques la papaya pues me hace estremecer
La tengo muy blandita y todos quieren comer.
Chupa y saborea la fruta jugosa
Vuelve y chupa y saborea
Que si está sabrosa
Chupa y saborea la fruta jugosa
Vuelve y chupa y saborea
Que si está sabrosa.
“Ay corazón tócame la papaya”

Soy la cumbia morena, me dicen al pasar
Pues muevo las caderas como lo hago al bailar
Tengo para la venta frutas para escoger
Cocos y melones disfruta con placer.
Traigo esta rica fruta para saborear
Piñas y cerezas para disfrutar
Ay cómprame la piña
Que la tengo madura

Tóquela papacito y compruebe su ricura.
Chupa y saborea la fruta jugosa
Vuelve y chupa y saborea
Que si está sabrosa
Chupa y saborea la fruta jugosa
Vuelve y chupa y saborea
Que si está sabrosa.

“Que rico, así, así, bailándola como lo hace La Sonora Dinamita”

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