Al igual que en cuentos, fábulas o películas, los animales son también protagonistas en muchas canciones, y las cumbias no son una excepción.
Una canción ya citada en este blog es Amigo Bronco, una muestra de respeto y veneración hacia un caballo que muere:
Se murió mi amigo Bronco
se fue a ver que hay mas allá
siempre fue el caballo mas atrevido
Bronco a más
Se rompieron sus tobillos
yo lo tuve que acabar
mientras le decía despacito
os vamos a encontrar
Pa volver a ser camino
pa correr hasta volar
se me fue mi amigo
a hacerme un sitio en el más allá
Otra composición de tono serio, aunque en este caso expresando la cercanía de dos mascotas, es El perro, el gato y yo, de los Guardianes del Amor. Dentro de la tragedia, no falta un poco de humor en el texto:
Éramos cuatro distintos e iguales
junto a la fogata
mientras que afuera pasaba el invierno
uno soñaba con huesos eternos
otro con pájaros de terciopelo
y tu y yo nos amábamos
Éramos cuatro uno para todos
todos para uno
hasta que un quinto llego de improviso
te hablo al oído de algún paraíso
tu le creíste y nos dijiste adiós
y nos quedamos solos el perro, el gato y yo
Solos el perro, el gato y yo
llorando por tu amor
bajo la luz de la luna
el perro, sin nadie a quien ladrar
el gato, sin nadie a quien maullar
y yo, bailando con mi soledad
Pero quizá lo más habitual en el mundo cumbiambero es que los animales sean un pretexto para canciones más o menos humorísticas, siguiendo ejemplo de canciones de otros géneros, como El venao, El camaleón, El tiburón o El cocodrilo. La Banda Kañón, una de las agrupaciones más divertidas que ha dado la cumbia, tiene por ejemplo El Moyocoyo:
Fíjense bien no vayan a confundir
su cosita peluda
qué bonito y travieso
peludito y gracioso
Se mete por aquí
se mete por allá
me hace cosquillitas
¡qué barbaridad!
¡Ay, Moyocoyo,
ven junto a mí,
lindo perrito,
no seas así!
Como tampoco podían faltar sus paisanos los Super Lamas, de quienes tomaremos la casi (y sin el casi) escatológica Si las vacas volaran:
Estaba tranquilamente
sentado en un parquecito
cuando mi camisa nueva
me la manchó un pajarito.
Y yo me puse a pensar
¡si las vacas volaran!
Imagínense...
Y estaba muy inspirado
platicando con Teresa
cuando un pájaro malvado
algo me echó en la cabeza...
Quizá el clásico por excelencia de esta temática sea El orangután, de la histórica y mítica Sonora Santanera, versionado en múltiples ocasiones.
Otro clásico es, precisamente, el Tiburón a la vista, de Mike Laure:
Un tema casi idéntico es Marisol, de Fito Olivares:
Un ejemplo un tanto peculiar es la conocida como Cumbia de los pajaritos, tema instrumental de los peruanos Los Mirlos.
Hay un vídeo de Cantinflas, bailando de manera tan sabia como cómica, que sirve de base para esta parodia, con la Cumbia de los pajaritos (o, como en otros casos, con Caballo viejo) de fondo:
Y por último, una canción de bastante contenido erótico-festivo: El polvorete, conocida igualmente como El gallo sube o Ya verás, paloma. La versión es de Pepe Benavente:
Quién pudiera tener la dicha
que tiene el gallo
el gallo sube...
echa su polvorete
racatapú chinchín
y se sacude
Ya verás paloma
que no hay gavilán...
que a ti te coma
No hay comentarios:
Publicar un comentario